viernes, 6 de marzo de 2009

Mi fama como poeta

A partir de 1611 abundan documentos que testimonian mi fama como poeta y también como dramaturgo (fui uno de los pocos poetas dramáticos que siempre tuve admiradores y nunca enemigos). Sin embargo, las primeras comedias que se me publicaron, El espejo del mundo y El hijo de la barbuda, lo fueron en 1612. Por desavenencias con el Conde de Saldaña abandoné mi servicio. Entré, al servicio del Marqués de Peñafiel, hijo del Duque de Osuna, durante dos años. También escribí las siguientes obras que son: La serrana de la Vera (1613), La niña de Gómez Arias (1614), La vida de la Santa Madre (1614), don Pero Miago (1614), La montañesa de Asturias (1614), las dos partes de la Hermosura de Raquel (1614), el Conde don Pero Vélez (1615), El amor y celos en vizcaíno (1615), El embuste acreditado (1615), el Marqués del Vasto (1615), el Príncipe viñador (1615), La Ninfa del Cielo (1617).

16-03-1618.

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